jueves, 5 de julio de 2012

Valdeminguilla, Rompetechos y María Cristina.

Un asesino como los demás. (64)


   El comisario escuchó atentamente la explicación pormenorizada que le hizo el inspector Churriguera sobre cada una de las personas que habían tenido alguna relación con la asesinada Ponciana Arteta, personas interrogadas en sus domicilios o lugares de trrabajo por el veterano inspector ante la presencia muda del ayudante López. Similares pesquisas para encontrar un hilo que les condujese hasta el asesino también se habían realizado con conocidos y familiares de la ex terrorista Cat Woman, de las ex trapecistas Hermanas Aguilas Imperiales y del resto de las víctimas.
- Bien hábleme del viudo de la difunta esa... cómo se llamaba la mujer?... Ah, sí, aquí lo tengo, Rosa Villaconejos, y él es Angel Luis Alegre Santaflauta.
- Pues yo descartaría a priori una venganza dado la personalidad y problemas de salud del individuo. Es un hombre achacoso que apenas sale de su casa, y con una gran fe religiosa. Es un devoto. Sólo abandona su domicilio para ir a la iglesia.
- Devote de quién?... de la Virgen del Escorial?... de San Judas Tadeo?...
- Ah, pues... no sé... de un Cristo; sí, eso, de un Cristo.
- De qué Cristo, Churriguera?
- Eh... pues... creo que del Cristo de Velázquez.
- Por Dios, inspector, se puede ser devoto del Cristo de Medinaceli o de Nuestro Señor del Gran Poder, pero no del Cristo de Velázquez, coño!



L

(De izquierda a derecha: Cristo de Velázquez, Cristo de Dalí y Cristo de Río de Janeiro)

- Una sugerencia, si usted me permite, señor comisario.
- Usted dirá.
- Que le parece si fotografiamos a las personas  que estamos visitando?... A lo mejor alguno de los
los que han visto al asesino...
- Inspector, no podemos ir por ahí sacando fotos como si fuésemos paparazzis o antidisturbios. Límitese a su trabajo y no se preocupe, que cuando tenga un sospechoso de verdad le haremos fotos de frente y de perfil, impresión de huellas digitales y todo lo que haga falta, entendido?... Usted ya conoce su oficio, Churriguera, que lleva en esto muchos añitos, no es así?... Quién le ha dado esa brillante idea: Valdeminguilla?... Je,je,je,je...! Perdón, inspector, no quería ofenderle, es sólo una broma.
López miró a su jefe inmediato con una expresión en la que mezclaba el estupor y la ironía, como diciendo: "La cagaste, Burt Lancaster!"
Se oyó entonces un estrépito de cristales rotos seguido de voces fuertes y pasos rápidos.
- Salga a ver qué pasa, López. - dijo el comisario.
López abrió inmediatamente la puerta del despacho, justo cuando pasaban Sotillos y Fernández tirando de un "Rompetechos" que parecía el Cristo sangrante de la película de Mel Gibson.
- No es nada, López, - dijo Sotillos con muy mal disimulada furia - este gilipollas que ha intentado escaparse y se ha estrellado contra la puerta de la sala del DNI. Iba como una moto.
- Abajo la Monarquía!... Los Borbones al paredón!... gritó el victimizado y politizado Rompetechos.



   ( "Rompetechos", delincuente habitual muy impulsivo )




María Cristina Peñaranda

La anciana María Crristina Peñaranda vio desde la ventana de la cocina de su chalet a un hombre mayor que se deslizaba sigiloso por el jardín. Dejó de picar cebolla y corrió en busca del teléfono móvil para llamar a la policía.
"Las puertas están debidamente cerradas", pensó, "pero estos criminales saben abrirlas, o igual le da por romper el cristal de una ventana, qué situación!"
María Cristina Peñaranda se las sabía todas porque era novelista del género policiaco. El detective estrella de sus exitosos relatos, Abel Alcalá, gozaba de fama mundial. Los libros de María Cristina Peñaranda, conteniendo cada uno doce o quince relatos cortos al modo de las entregas de Agatha Christie, y traducidos a veinte idiomas, incluídos el polaco y el catalán, se basaban en la sapiencia y fino olfato de sabueso del joven y guapo Alcalá, al que siempre acompañaba su novia filóloga y striper Guillermina Santander.
Doña María Cristina marcó el 112.
- Póngame con la policía, por favor, tengo un ladrón en mi jardín. "Qué emocionante!"
Doña María Cristina se sentía protagonista de uno de sus relatos.

(Continuará)

5 comentarios:

  1. Que lio, nuevos personajes. Pero me da que esta Cristina va a durar poco

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  2. Buenos tardes, buen hombre!... Aquí hay más personajes que en la Biblia, ja, ja!... Poco a poco van saliendo!

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  3. Vaya! este "Rompetechos" tiene un pronto muy de repente. Por otro lado, la novia del joven y guapo Alcalá, me recuerda a la insigne actriz y bióloga, más famosa del país. En cuanto a María Cristina, puede que haya aparecido como un personaje secundario, pero yo creo que podría llegar a tener relevancia.... con ese nombre tan ilustre y monárquico.

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  4. ¿Cómo que no se puede ser devoto de un Cristo de Velázquez?
    Si se es devoto de las caras de Bélmez... :D :D :D

    Estupendo personaje el "Rompetechos", me recuerda a uno de mis años mozos en el barrio. Creo que le llamaban "cuatro ojos" por aumentar los vidrios los suyos y sí, a la que estábamos en la horchatería habitual, venían y se lo llevaban, ¡uf!
    Era un boniato, seguro.

    Interesante aparición de la novelista, me da que nos va a deparar algo divertido. ¡Corro arriba a verlo!

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  5. Cojonudo, Doña Leona, ahí me ha ganado!... Hay quien se hace devoto hasta de un parecido con Cristo en una barra de pan y cosas así, je, je!
    Aún no sé el juego que va a dar la novelista, de inmediato no, quizá para más adelante. Hay que "repartir" a los personajes, que ahora son muchos.
    Viva el fin de semana!

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