jueves, 12 de julio de 2012

Doña Purita ataca de nuevo

Un asesino como los demás (70)

 

No todo el mundo sudaba en las playas, o los pobres más pobres en sus barrios periféricos, durante aquel caluroso Julio de 2.012. Sudaban los mineros en su larga caminata hacia la capital del antiguo imperio del sol permanente, buscando llamar la atención de las prepotentes autoridades "populares", intentando que el gobierno mantuviese los subsidios del carbón hasta final del año, como estaba firmado en el plan del sector de 2.006. Sudaban y sufrían las ampollas en sus pies como si fuesen peregrinos santiagueros. Sudaban de miedo y estupida emoción los guiris y otros advenedizos que se entregaban osadamente a la aberrante tradición de correr por delante de unos toros bravos por la calle La Estafeta de Pamplona.
Sudaba Don Escolástico Navacerrada San Fermín por el "calentamiento global" de los medios contra su persona. Un funcionario de la prisión había filtrado a la prensa que el ex-jefazo agredió en la cárcel al vidente Profesor Merlíng y que ese era el motivo de su cese o más bien patadón fulminante del ministro.

  Se sospechaba también que el ex mandamás podría estar relacionado con algún cartel colombiano de la droga, y algunos medios se aventuraron a decir que el vidente corría peligro en una prisión que no ofrecía ninguna garantía de seguridad. Editorialistas e internautas pedían explicaciones al ministro y al expresidente del gobierno. Pero todo fue en vano. El "silencio oficial" cayó como una losa sobre los impertinentes periodistas y el fastidioso vulgo. Don Mariano prefirió lucir su tipo presidencial devolviendo simbólicamente el Códice Calixtino, hallado tras un año de busqueda por la policía, a las autoridades eclesiásticas de Compostela.

  Don Angel Luis Alegre Santaflauta no sudaba, se limitaba a planificar con meticulosidad de sicópata preclaro el asesinato de Purificación Castro Allendelagua. La vieja del cuarto piso se había convertido en una incordiante mosca cojonera e iba a terminar arruinándole la vida si no cortaba por lo sano ya. La maldita menopáusica le había reconocido en un autobús urbano a pesar de su caracterización de viejales estrambótico: gorra con la bandera de España y en ella un torito bravo, gafas de sol de espejo, camiseta solidaria con el epígrafe "Y le digo al mundo entero: yo soy minero" y pantalón corto anunciando en la culera a Rihanna.

 

( A la izquierda: autobús urbano similar a uno en el que viajaban Doña Purita y Don Angel Luis cuando esta se percató de que el caballero de las gafas de espejo y la camiseta pro minería era el hombre más buscado del país y a su vez el que intentó asesinarla. En la imagen de la derecha: Rihanna, popularísima estrella cuyo nombre aparecía ese día en la culera del pantalón del asesino)

Así sucedió:
- Es el asesino!, es el asesino!... deténganle!
Gritó como una posesa la célebre superviviente. Don Angel Luis aprovechó que los viajeros del autobús se limitaban a poner caras de agilipollados, reacción muy común ante las movidas callejeras sorpresivas, y que el autobús estaba petado de personal, para acercarse a la puerta y bajarse en la inmediata parada. La maniobra le salió bien, ninguno de los viajeros osó detenerle, aunque tampoco tenían muy claro si era él u otra persona a quien señalaba la vieja. Doña Purita quiso apearse también y perseguirle por la acera, pero la basca aglomerada en el pasillo le entorpeció el paso. El autobús reanudó la marcha poniendo distancia entre la cazadora y su huidiza presa. Doña Purita, con un sofoco de campeonato, trato de explicarles a un matrimonio de ancianos japoneses, que no entendían ni papa de español, quién era el peligroso individuo que acababa de bajarse del autobús. Y un hombre fortachón gritó en ese momento: "Ya lo tengo!, ya lo tengo!", mientras agarraba con todas sus fuerzas a un pequeño y acojonado ecuatoriano.

(Continuará)

7 comentarios:

  1. Siempre pasa igual, nada peor que tener cara de sospechoso.

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  2. Así es, y hoy en Spain hay sospechosos por todas partes. Buen día, Don Jesús!... ( Hoy aquí tenemos sol, debe ser un fenómeno paranormal)

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Je je je... yo detesto el autobús, Don Boni, me parece un rollo inaguantable, tanto pararse en cada semáforo y estar ojo avizor de en qué parada te bajas para llegar hasta la puerta a tiempo. ¡Pasooooooooooooooo!

    ¡Juas!, lo del ecuatoriano es de risa, pero bueno, sólo una anécdota sin importancia que -estoy segura- no tiene vida en esta narración.

    Peor me parece que lo tenga Doña Purita al tocar las narices del asesino. ¿Se salvará? Está en sus manos, Don Boni...

    ¡Buen resto de semana!

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  5. Me gusta mucho su novela por capítulos D. Bonifacio, no se olvida usted de nadie. El incidente en el autobus, es una muestra de lo que hay, si eres pequeño y ecuatoriano ¡ya se sabe!.

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  6. Tiene razón, Doña Leona, el personaje del ecuatoriano no tiene continuidad, es como la mierda de personajes que me daban a mi en la series de TV, no pasaban de una o dos sesiones. Se me ocurrió incluirlo para terminar de una forma más graciosa el capítulo.
    Doña Purita aún va a dar mucho juego, je, je!

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  7. Hello, Mrs Idominguez62!... Today is your lucky day!, ha conseguido que esta máquina odiosa le permita colgar su comentario. Lo celebro. Best wishes!

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