jueves, 18 de octubre de 2012

El Super Jefe y el Super Asesino cara a cara.

Un asesino como los demás (149)

Todos los pueblos, ciudades o barrios tienen sus ladrones que presumen de honrados, sus pederastas laicos o religiosos, sus macarras políticos o no, sus ultras futbolísticos, políticos o religiosos, sus tontos de baba y sus niños "incorregibles" Manolín, con sus doce añitos, pertenecía a este último grupo, y como los extremos se tocan, el enfant terrible estaba planeando tocarle los cojones al ultra religioso, el barbudo odioso de la mezquita que había tenido la osadía de meterse con su abuelo.




( Típica mezquita imprescindible en el paisaje español. Del señor Jomeini sí se pueden poner imágenes, y he elegido esta porque refleja muy bien su dulce semblante )

Don Angel Luis Alegre Santaflauta, sospechoso número uno de 19 asesinatos a sangre fría, (20 para la contabilidad de Churriguera) sólo superado por El Arropiero con sus 47 víctimas, fue conducido a dependencias policiales e interrogado por varios inspectores. Se trasladó a comisaria por su propio pie mientras un grupito de policías le seguían muy de cerca para evitar la acción de los exaltados. El mismísimo Lopategui Serranillos estuvo presente en el interrogatorio. Y mucho antes de que se cumpliese el tiempo establecido para la retención de un sospechoso, le permitieron que se marchase. Pesaba además en el ánimo de las autoridades policiales las denuncias que el señor Alegre había puesto contra Purificación Castro Allendelagua, Flabio Oriñón y Tele 10. No existían antecedentes a este respecto, jamás un presunto asesino había denunciado a sus denunciantes. Las últimas frases que cruzaron Lopategui Serranillos y Alegre Santaflauta fueron muy elocuentes:
- Considero que esto ha sido un atropello, señor policía, una vulneración de mis derechos constitucionales, dado que no existe la más mínima prueba que me relacione con estos asesinatos, pero no pienso emprender ninguna acción legal contra ustedes porque entiendo que están presionados por un sector de la sociedad excesivamente radicalizado e idiotizado por la vieja y el periodista marrullero.
- Señor Alegre, hemos sido sumamente respetuosos hacia su persona. La prueba es que no le hemos citado a declarar hasta que los gritos de ese "sector de la sociedad excesivamente radicalizado" se ha oído demasiado fuerte. Pero le voy a decir algo, caballero, y denúncieme si le da la gana. Va a llegar un día, y creo que no va a ser a mucho tardar, en el que usted y yo nos volveremos a ver la cara, pero usted no me hablará con el tono prepotente que está utilizando ahora. Señor Alegre - y le apuntó con un dedo a la cara - soy perro viejo y en mi oficio no me la dan con queso tan facilmente. Es usted un especialista borrando huellas, camuflándose en la noche o en un bosque, creando coartadas perfectas o burlándose de un policía como mi agente Valdeminguilla, pero cuando la cuenta suma ya 19 o 20 asesinatos, no es tan fácil salir impune y mucho menos ahora que conocemos su cara. Estoy seguro de que ha cometido algún error y pronto lo sabremos, y le aseguro que, llegado ese momento no será conducido a comisaría con tantos miramientos como hoy. Todos los asesinos en serie españoles terminaron cayendo, unos más tarde y otros más temprano, por si usted no lo sabe.
Lo sabía porque había visto el programa especial de Tele 10, pero esta vez prefirió no rechistar. Eso sí, la prepotencia la mantuvo aunque sólo fuese en la mirada. A Don Angel Luis no le hacía nadie bajar la cabeza ni desviar la vista. Aquel policía cabrón le había cogido ojeriza porque se sentía un fracasado, y ahora se le empezaba a poner difícil el objetivo en el que más insistía Rosita: matar a aquella desagradable vieja que respondía por Doña Purita.


   (En los polígonos industriales también hay industria sexual )

La Flora era una vieja pajillera, una vieja prematura, que operaba por las noches en el polígono industrial Infanta Cristina de Borbón (Varias asociaciones cívicas y partidos extraparlamentarios habían iniciado una campaña para que se le cambiase el nombrecito al polígono) El neoasesino Crescenciano tenía en su punto de mira a Flora desde hacía un tiempo. Varias noches estuvo en un tris de intentarlo, pero le disuadieron los muchos coches que rastreaban la zona en busca de putas más jóvenes, y también la presencia de alguna patrulla policial. La idea del asesino en serie en ciernes era llevársela a un callejón próximo y darse una satisfacción sexual en forma de felación antes de cargársela. El muy inconsciente, que en su locura se creía el asesino en serie más buscado de España, ya había cometido un error de bulto: la taza de café que le sirvió Doña Amelia fue a parar al laboratorio de la policía científica, y ahora se proponía dejar su esperma en la boca de la pajillera Flora, y la agente Felisa Calvo estaba intrigadísima porque su vecino el loco había mudado de hábitos nocturnos. Ahora salía por la noche y regresaba de madrugada con las primeras luces. Las viejas escaleras del viejo inmueble crujían con las idas y venidas de Crescenciano, el hombre dispuesto a terminar con todas las abuelas del mundo.
Felisa empezaba a sentirse mal, presentía que algo malo iba a suceder y muy pronto, algo que le iba a afectar directamente a ella.

( Continuará )


6 comentarios:

  1. Tiene el sexto sentido de una viaja zorra. Se dice perro viejo, pero entre canidos no hay clases.

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  2. Acertadas palabras, señor periodista. Buen día y feliz fin de semana que ya se acerca!

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  3. Qué manera de chulear tiene el asesino, ¡por Tutatis! Se merece un escarmiento gordísimo y sin escapatoria.
    Manolín, como no lo pongan pronto en vereda, va a armar algo muy gordo y peligroso, el petardo del otro día no será nada, ¡buf!

    Ya es casualidad que Crescenciano sea vecino de la agente Calvo y que a esta no se le escapen los detalles. ¿Tendremos risas? Me da por lo que presiente que no...

    ¡Hasta mañana!

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  4. Es más chulo que un ocho, sí. Bueno, dejaremos el escarmiento para más adelante y así nos divertimos todavía un rato, je, je!
    Manolín aún va a dar mucho juego. Con Crescenciano aún no sé qué hacer.
    Hasta mañana en el mismo sitio!... Se va curando bien?

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    1. La herida de la pierna echó costra por fin. Muy delgadita, se desprendió enseguida cuando cambié el vendaje, pero limpiamente, no estaba pegada a él. Espero que se forme la siguiente y a ver si puedo dejar de vendarme.

      El ojo ha mejorado, pero no ha finalizado el proceso.

      ¡Muchas gracias!

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