Feliz cumple, Manolín!, Segunda parte.

Un asesino como los demás (171)

  Manolín y sus correligionarios "El Tordo", "El Grillo" y "El Pastelero" se juntaron en el lugar convenido del parque con otros dos miembros de la panda: "Paquito el Chocolatero" y "Herodes" ( El padre del primero tenía un negocio ambulante de churros y chocolate, y el del segundo hacía de Herodes en el belén viviente que organizaba todos los años el Centro Cívico de la Tercera Edad Marujita Diaz", belén que estaba dirigido por Don Graciano Hernando de Mendoza)
- Teneis cada uno vuestra careta y las municiones? - Preguntó el pequeño y repulsivo líder.
- Sí!, Sí!, Sí!... - Respondieron al unísono.
- Bien, ya es el momento de actuar, mis bravos, pero no os olvideis que esta operación es secreta, nadie debe saber que somos nosotros, está claro?
- Sí!, Si!, Sí!... - Exclamó la jubilosa banda de incipientes matoncillos.
- Y al que se chive le corto los huevos. - Y para demostrar que iba en serio sacó del bolsillo una navajita y la lució en alto moviendo el brazo de derecha a izquierda y viceversa.


  ( El Super Jefe Lopategui Serranillos en una imagen de archivo )

- No cabe duda, debe tratarse del mamón de Rompetechos. - Argumentó el Jefe.
- Sí, señor - Continuó con su exposición el inspector Molina - El opel corsa del cura apareció en el lugar en donde robaron el seat Toledo, es decir, en el Asador de Villalvilla, y el seat Toledo lo dejaron el aparcamiento del puticlub, justo en donde afanaron el coche del chulo.
- En donde "afanó", dígalo en singular porque no puede ser otro, es el cabrón de Rompetechos. Y usted, Vallejo, rastreó en la dirección opuesta, entre Miranda y Orbaneja de la Cañada.
- Perdón, señor. - Se disculpó el Capitán Vallejo - Pensé que el fugitivo trataría de evitar la ruta que iba a seguir el cura, pues este le había dicho que se dirigía a Bollullos.
- Está claro, está claro!... No damos pie con bolo, señores!
Se oyó la voz de Daoiz por el intercomunicador.
- Señor, la agente Calvo desea verle con urgencia.



Una de las salas del Centro Cívico de la Tercera Edad Marujita Diaz estaba destinada a la custodia durante el día de ancianos dependientes, gente muy mayor discapacitada físicamente o con problemas de memoria.
En la sala reinaba la paz. Una ancianita cantaba canciones de su época mientras la cuidadora sonreía a su lado. Dos abuelos miraban al televisor sin mucho interés. Otra pareja de varones jugaban al dominó y uno de ellos no paraba de toser. Otra cuidadora peinaba a una graciosa abuelilla que aún conservaba la coquetería de sus años mozos. Doña Herminia Terradillos rezaba el Rosario en voz bajita.







- Espero que sea muy importante lo que tiene que decirnos, Calvo. No me gusta que nadie interrumpa las reuniones.
- Señor, tengo localizado al asesino de Amelia del Rosal y de mi hermana Basilisa.
Argoitia, Molina, Churriguera y Vallejo abrieron mucho los ojos al oír la "exclusiva" de la compañera.
Aquello sí era una sorpresa y no la dimisión del director de la CIA por una relación extramatrimonial.


 







Tras las caretas de Spiderman, El Pato Donald. Bugs Buny, La Pantera Rosa, Mariano Rajoy y Artur Mas se ocultaban los miembros de la pandilla de mocosos que iban a conseguir con su reprobable acción un efecto mucho más trágico del esperado. La consecuencia de aquella "barrabasada" del "ideologo" Manolín iba a provocar incluso que la banda se disolviese.
FUEGO!!!" - Ordenó el jefe.

( Continuará )

"En la Inglaterra victoriana los niños empujaban vagonetas en las minas de carbón. Su esperanza de vida era de siete años, pero a pesar de ello salían más baratos que las mulas"