viernes, 2 de noviembre de 2012

Rompetechos y su basca contra el Imperio de la Ley.

Un asesino como los demás (162)

   Santos Sobrado pisó el acelerador todo lo que pudo, que tampoco era mucho porque la furgoneta rodaba por una pista forestal. Se dirigían a la carretera comarcal en el tramo que unía Villalvilla de los Sauces y Miranda de Guadalmiño.
- Cuanto más nos alejemos del río de más tiempo dispone Rompe para llegar a la finca de los Urtrutias. Písale más, Santos!
- Tía, esta furgoneta no da más de sí, y lo del suelo no es asfalto. Además, nos van a dar el alto enseguida, el helicóptero ya lo tenemos encima.

   - Jo, qué miedo, esto suena a abducción de extraterrestres, je, je, je!
- Joder, tienes más cuajo que tu amigo, tía. Verás, nos vamos a comer un marrón de tres pares de cojones, porque hemos ayudado a un fugitivo a escapar.
- Hemos ayudado a un amigo, qué leches!, y no nos vamos a comer ningún marrón porque no hemos robado ni matado. Rompe lo ha planeado todo muy bien.
- Joder, por ahí atrás vienen un mogollón de bugas de la pasma. La puta que los parió, qué rápido se han hecho el kilómetro y pico que debe haber hasta el puente.
- Y aquí encima el helicóptero, joder, nos han debido tomar por terroristas. Ni que tú y yo fuésemos la pedorra esa hija de puta que han pillado en Francia y su novio.
Luceño volvió a demostrar sus dotes dramáticas radiofónicas:
"Rompetechos y acompañantes, detengan la furgoneta!!... Deténganse o abrimos fuego!!
- Tía, esto se ha acabado, espero que a tu amigo le haya dado tiempo de llegar a esa finca.
- No van a disparar.
- Yo por si acaso paro, tronca.
Inmediatamente fueron rodeados por cinco coches patrulla.

A Rompetechos aún le faltaba un tramo muy largo para llegar a la finca de Los Urrutias, en donde pensaba hacerse con un coche para huír en dirección contraria a la que habían tomado sus colegas. Desde su posición alcanzaba a ver el helicóptero de la bofia. Dejó de correr porque sus años ya no le permitían más jogging, y se cabreó por no haber calculado bien el tiempo que necesitaba en el tramo del río a la finca. En cuanto la pasma descubriese que no se encontraba en la furgoneta, volverían inmediatamente a por él. "Me cago en el puto Borbón!... Que mala folla tengo esta vez, hostias!"

  ( Tramo del camino entre el bosque y palacete de los Urrutias, objetivo de Rompetechos, lugar en donde se propone tomar prestado un coche )

"Salgan del vehículo con las manos en alto!!... No cometan ninguna tontería o abrimos fuego!!
- No te lo he dicho?... Como si fuésemos terroristas?
- Cállate tía, que nos frien!... La madera se ha vuelto muy hija de puta con el PP.
Antes de salir de la furgo, Santos se puso las gafas que le había dado Rompetechos, unas que tenía de repuesto. Era otra forma de ganar tiempo.
- Luceño, puede llevarse ya el helicóptero. - Ordenó el capitán Vallejo - Gracias por su colaboración.
- A sus órdenes, mi capitán! - Contestó el cerebro del moscón de hierro.
Unos segundos después el helicóptero se perdía en un cielo grisáceo que amenazaba tormenta. Rompetechos observó aliviado como el bicho metálico ganaba altura enfilando hacia los montes de Sierra Cañona.

- Usted no es Rompetechos!!... En dónde está Rompetechos?!! - Preguntó airado el capitán Vallejo a Santos Sobrado "Sonrisillas" Un agente cacheó a Santos y otro le puso las esposas. Las agentes Cabruñana y Benítez hicieron lo propio con La Finita. Sotillos y Fernández cruzaron una mirada muy significativa: "A nosotros nos gustaría cachear a la rubia" - Le he hecho una pregunta, en dónde está Rompetechos?!!
- Es sordomudo - Dijo La Finita.
- Entonces responda usted.
- No sé de quién nos habla. Este y yo somos novios y venimos del río. Hemos estado paseando por allí.
- No sé burle de mi, señorita, les hemos grabado desde el helicóptero, ustedes iban en una balsa con Rompetechos - Tomó el transmisor y llamó a Luceño - De la vuelta inmediatamente, Luceño, y diríjase al río. Rompetechos quizá esté intentando llegar a una finca próxima para robar un vehículo.
- Me parece que va a ser que no, mi capitán, al menos de momento, me está marcando la reserva y necesito llegar a la base para repostar. Además, viene tormenta.
Habló Santos Sobrado:
- Esta detención es ilegal. Nosotros trabajamos en un espectáculo y ayer tuvimos un bolo en ese pueblo de ahí. Puedo mostrarle el contrato.
- Pero, coño, usted no era sordomudo?!
- Sólo hasta que tomo confianza.

( Continuará )

"El novelista ayuda al lector a pasar el tiempo entre una acción útil y otra, contribuye a llenar los huecos que se prodcen en el tejido serio de la vida. Es un mero animador, una especie de payaso. Hace imitaciones, gestos grotescos, es cómico o patético y a veces ambas cosas, hace malabarismos con las palabras como si fuesen pelotas de colores" ( Anthony Burgess )

4 comentarios:

  1. Justo, lo que pensaba, los pardillos en el coche, atrapados, y Rompetechos saliendo por patas solo.
    Buen intento de despiste, sobretodo porque el helicóptero necesita mamar.

    Ahora sólo falta saber si el palacete de los Urrutias tiene fantasmas, ¡juas juas!

    ¡Buen fin de semana!

    ResponderEliminar
  2. La tienes pillada con el Anthony Burges ese.

    ResponderEliminar
  3. Hola, Doña Leona!
    Aún tiene que pasar más peripecias Don Rompetechos en esta huída, ya tengo escrito hasta el 168 y me lo estoy pasando muy bien.
    El helicóptero, de todas formas, hubiese quedado fuera de servicio por la tormenta. Esos bichos son muy frágiles y mucho más si azota el viento y la lluvia. Hace poco leí algo que creo recordar que era que AENA le pedía al gobierno que investigase el porqué de tanta siniestralidad de helicópteros.
    De momento sólo tomo como parada el camino el palacete de los Urrutias. A lo mejor para más adelante... me ha dado usted una buena idea con lo de los fantasmas.
    Igualmente, feliz "finde"!

    ResponderEliminar
  4. Hola, Señor Periodista!
    Es que de Anthony Burgess leí un escrito muy largo en El País, en el suplemento Babelia, y me gustaron muchas de las cosas que decía. Es un gran cerebro.
    Feliz fin de semana pratense!

    ResponderEliminar