sábado, 25 de agosto de 2012

Reunión surrealista de polis

Un asesino como los demás (108)



El imprevisible Valdeminguilla sentía una envidia enorme, muy sana y profesional envidia, por supuesto, hacia su compañera Calvo por el protagonismo que esta había adquirido.
Calvo carraspeó antes de dirigirse a la policial audiencia.
- Ejem... El presunto asesino en serie se hace pasar por un ciego. Quizá ha recurrido a este disfraz porque su imagen ha sido muy divulgada en los últimos meses. Lleva unas gafas oscuras de lentes enormes y un bastón blanco.
La costó un gran esfuerso dirigirse a todos sus compañeros evitando que sus ojos se encontrasen con los del inspector Molina. Y se sintió ridícula y patética tras el azoramiento.
- Gracias, Calvo. - Retomó la palabra el Super Jefe. - La agente Calvo ya le ha hecho una descrpción a nuestro dibujante para que confeccione un retrato del "ciego" Los chicos de la informática también están en ello. La agente Calvo acaba de decirnos que puede tratarse de un camuflaje del asesino, pero yo me pregunto: Y si el asesino ha llevado su enmascaramiento hasta el extremo de estar haciendo de ciego incluso en su vida privada, es decir, de cara a sus vecinos, tenderos, etc.?, lo cual nos estaría dificultando muchísimo la investigación. La pregunta va para usted, inspector Churriguera: Ha entrevistado a algún ciego que obedezca al perfil que tenemos del asesino?
A Churriguera le costó asimilar la pregunta, le parecía abstracta. La respuesta más fácil hubiese sido: "en el perfil que tenemos del asesino no consta que sea ciego" Pero prefirió ser respetuoso:
- No, señor, todos mis interrogados ven perfectamente.
- Pues ahora es necesario que interrogue a ciegos porque puede que nos encontremos con alguno que "no ve perfectamente" Llame a la ONCE y que le proporcionen un listado de los invidentes que viven dentro del triángulo, y observe bien si alguno está fingiendo la ceguera. Si son muchos los ciegos, enviaremos más inspectores. Qué opina usted, Molina?
El inspector Molina estaba pensando que al Jefe se le había calentado demasiado la sesera, pero fue correcto en la respuesta:
- Me parece una medida muy acertada, Señor.
El inspector Argoitia llevaba un rato dándole vueltas a lo mismo: "Por qué está tan segura la agente de que el tío es el mismo que vieron la otra vez?... No dice que "lleva unas gafas oscuras de lentes enormes".?.. Y se permitió una ironía machista: "Intuición femenina?" (Ah, amigo, intuición femenina o no, la agente estaba en lo cierto!)
El agente Malagón, un andaluz más cahondo que Los Morancos de Triana, se hizo una reflexión muy atinada: "Aquí estamos todos muy majaras, desde el Jefe hasta el camarero"
En ese momento, Valdeminguilla empujó con su codo izquierdo sin querer (estas cosas todos las hacemos sin querer, incluso Valdeminguilla) la taza de café de Calvo, y esta fue a caer encima de la entrepierna de la susodicha, lo cual la provocó un grito y después mucha rabia y vergüenza. "No tenías que haber salido de los retretes, tarado!" Y lo peor es que la estaba mirando todo el mundo, empezando por el inspector Molina y el Super Jefe.
- Perdón, perdón, perdón, perdón...! - balbució muy nervioso Valdemiguilla.
Y el colmo de los colmos llegó cuando, en su azoramiento, intentó secar con un servilleta el café que le había caído a Calvo en salva sea la parte de su abundante anatomía. Calvo ya no se pudo aguantar y le propinó un soberbio puñetazo en el mentón que hizo girar al esmirriado como si fuese una peonza y dar con sus frágiles huesos en el suelo.
"Hala, el payaso ya ha hecho su gracia y ha recibido cumplida respuesta de la mujer Sansona" - sentenció el cachondo Malagón tapándose la boca para que no le viesen sonreír.
"El espectáculo continúa, pasemos ahora a la siguiente gilipollez del Super" - apuntó para sus adentros el inspector Molina.


Doña Purita, Guarromán, Teresita y Don Angel Luis.

Doña Purita estaba contentísima con su nuevo escolta. El agente Guarromán no iba comiendo por la calle, ni fumaba, ni se tiraba pedos. Además olía a colonia masculina. Una bendición de escolta. No se parecía en nada a la gorda grosera, ni tan siquiera físicamente, pues Eulogio Guarromán era alto, desgarbado y de nariz aguileña. Era feo como un demonio pero respetuoso y nada hablador. Por su altura e inclinación delantera daba la impresión de llegar mucho antes a los sitios con su pico de aguila que con sus pies.
La cosa es que Doña Purita se sentía protegida y muy bien tratada por aquel metódico y disciplinado policía.
Habló bajito por el móvil para que no se enterase Guarromán.
- Mira, Teresita, si el asesino intentase acercarse otra vez a mi , se iba a llevar un susto tremendo al ver a mi guardaespaldas.
- Ay, hija mia, qué suerte tienes, yo también quisiera un gorila para que me espantase a todos los pedigüeños y drogadictos que se acercan a molestarme. Qué cruz, hija mia, qué cruz!

  
Don Angel Luis observaba con los prismáticos a la vieja y a su nuevo escolta. Al lado del gigantillo, ella parecía una enana.
A corta distancia les seguían Sotillos y Fernández caracterizados de vendedores callejeros en movimiento. Sotillos vendía pistolas alienígenas de hacer pompas de jabón y Fernández globos de globoflexia. Ambos iban haciendo demostraciones para darles credibilidad a los personajes. Mientras Sotillos impregnaba la atmósfera de jabonosas y transparentes pompitas, Fernández "creaba" sables y perritos falderos en serie.
"Y hay quien piensa que el mundo no es divertido!" - Se dijo con su sonrisa asesina Don Angel Luis.

( Continuará )

8 comentarios:

  1. Me despido hasta el martes porque aquí es festivo el lunes y cierran las bibliotecas.
    Salud y a descansar!

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    1. Muchas gracias, pero descansará usted, que yo, con el caimán de bigotes y rabo lo tengo crudo, ¡uf!

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  2. ¿Pero la agente Calvo no le dijo al Super Jefe que el presunto ciego le recordó al abuelo de los niños del colegio? En este caso no puede hacerse pasar por ciego.

    ¡Joooo! Menuda reunión, estoy yo en ella y la desmonto sin miramientos como ya hice con un par de jefes míos en Correos. Me tenían pavor, ¡juas juas!
    Por cierto, uno de ellos se suicidó. Espero no ser yo la causante, pero es que le desmonté sus tejemanejes que no eran moco de pavo y acabó degradado. Descanse en paz; no era mal tipo como persona, pero tenía afición a usar el dinero público en su beneficio.

    ¡Pobre agente Valdeminguilla! Si para él, la agente Calvo no es más que una escultura de Botero, ¡juas juas!

    Me huelo que el agente Guarromán tiene algo escondido...
    ¿Y Fernández dónde ha aprendido a hacer globos?

    Venga, venga, ¡el siguiente!

    ¡Salud a manta!



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    1. Un error de redacción:

      [En este caso no puede hacerse pasar por ciego.]

      Quiero decir que de manera habitual porque entonces en el barrio se habrían dado cuenta.

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  3. Unos briffings muy divertidos los de esta incompetente policia española

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    1. Joder, jefe, sólo faltabas tú para hacerme tirar del traductor automático.
      Anda que no disfrutáis tú y Don Boni haciendo alarde de vuestros conocimientos sobre la lengua de la Pérfida Albión.
      No osaréis expresaros en italiano o francés no. Mucho más fácil pero menos importante.

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  4. Ajá, es usted el terror de correos y telégrafos, ja,ja!... Es usted incorruptible cdomo Felisa Calvo, ya lo verá en los siguientes episodios.
    Aprender a hacer globos es fácil, para un par de figuras sencillas basta ponerse un ratito a practicar.
    He puesto que se hace el ciego sólo algunas veces por la noche.
    In italiano is piu facile, vero. Buen giorno,signora!

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  5. Gracias por el halago, señor director. Feliz martes!

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