miércoles, 1 de agosto de 2012

Un destructor al ataque.

Un asesino como los demás (87)

  - Flabio Oriñón de Super Ideal Digital. Qué hay de verdad en todo lo que nos cuenta, Doña María Cristina?
Los ojillos pasmados de la senecta creadora de ficción se clavaron en el apuesto y altanero periodista. No supo reaccionar a tiempo, lo cual le dio una cierta ventaja al desafiante reportero.
- Si no me ha oído, le repito la pregunta. Qué hay de verdad...
- Le he oído perfectamente, no estoy sorda!
Reaccionó al fin y con muy mal genio. Acababa de reconocer a aquel indigesto periodista, azote de famosillos de medio pelo, caballero andante contra trepas, macarras, tramposos y fulanas que, por azares del destino, ocupaban posiciones privilegiadas en el olimpo de los famosos. Flabio Oriñón también se había convertido en un experto en el asesino de ancianas, participando en numerosos debates televisivos de Tele-10 (Cadena perteneciente al Grupo Ideal Digital) (Ver capítulo 55 de este culebrón: "Un cadáver muy muerto y un asesino muy vivo")
Prosiguió con iracundia la venerable falsaria.
- Le conozco a usted caballero. A qué ha venido?..., a reventar la rueda de prensa?
- Celebro que usted me reconozca, Doña María Cristina, lo cual prueba su sagacidad como escritora policiaca, pero lo cierto es que en este país me conoce todo el mundo.
Una carcajada general rebotó en las paredes de la sala. El asesor de imagen y el delegado de la editorial se echaron a temblar. Flabio Oriñón continuó el ataque:
- Muy señora mia, la acusación que usted hace está basada en un infundio, he revisado el historial delictivo de Fulgencio Santoña "El Ful" y no he encontrado ningún antecedente de violencia. Además, varios amigos mios periodistas me lo han definido como un vulgar ladrón en domicilios, de carácter más bien pacífico, un hombre incapaz de matar una mosca. Qué pretende usted, señora, vender más ejemplares de sus mediocres novelas a cuenta de un pobre desgraciado?... Esta es su ética profesional?
- Es usted un majadero, un cretino, un bocazas!...
- Relájese, señora, que la va a dar un papatús. Sé por mis informadores que usted se lo pasó muy bien con su "asesino" esa noche. Ambos se contaron sus batallitas y usted fue víctima del "Síndrome de Estocolmo", de lo cual deduzco que luego se arrepintió y decidió sacar partido a la historia con la venganza. No tuvo empacho en vendernos como asesino a un miserable ladronzuelo. Me equivoco?
- Es usted un canalla!... Destructor, más que destructor!... Echenlo de la sala, por favor!... Seguridad, que llamen a Seguridad!
La mayoría de los periodistas enmudecieron, a excepción de los incombustibles fotógrafos, que aprovecharon para lograr primerísimos planos del rostro desencajado y lacrimoso de la peripatética dama.
Florialdo Santurce se encontró de pronto con la segunda alegría de ese día. No le era conocido aquel número de teléfono, pero atendió la llamada.
- Diga.
- Florialdo, soy Ubaldo, te necesito!
La segunda alegría de ese día porque su mente enseguida lo captó: Con toda seguridad, Ubaldo le necesitaba para un boom televisivo.

(Continuará)

4 comentarios:

  1. Ajajá, si yo hubiera actuado como Oriñón, el jefe me habría obligado a retractarme a la que María Cristina abriera la boca para quejarse. Si no, no, je je je...

    Vaya hombre, ¿qué se le habrá ocurrido al vidente de Anís del Mono? ¿Empapelará el Superjefe a Florialdo por esconder información? ¿Se convertirá alguno de los fugitivos en estatua humana para despistar?

    ¡Esperando a mañana!

    ResponderEliminar
  2. Aquí hay subtramas por explotar ¿no estaremos ante el nacimiento de una telenovela paralela?

    ResponderEliminar
  3. Paralela no, Don Jesús, son muchas dimensiones, je, je!... pero ahora empieza lo bueno, ya tengo perfilada una trama (con sus substramas) muy maja hasta el capítulo 100.

    ResponderEliminar
  4. Don Oriñón es un monstruo que devora monstruos, Doña Leona. Lo de la "estatua humana" es muy buena idea, je, je, un competidor para el vaquero dorado.
    Felices horas de la tarde noche!

    ResponderEliminar