martes, 28 de agosto de 2012

La angustia de Felisa Calvo

Un asesino como los demás (109)






- Te tengo que dejar ya, Purita, que mi Bimba me está reclamando la comida.
- Uy, a ver cuando la pones a dieta, querida, que esta gata tuya está muy gorda.
- Ay, hija, cómo se ve que a ti no te gustan las gordas, ja,ja,ja,ja!


Fernández le hizo a una niña un perrito de color rosa, el color favorito de aquella pequeñuela, la cual puso tal cara de satisfacción que daba la impresión de ser lo más maravilloso que le habían regalado en su vida. Su madre le compensó al simpático globero globofléxico con un euro y una sonrisa. "Las ganancias son para el colegio de huérfanos de la policía, nada de lucro personal"- les había advertido el Super Jefe - "Ni se les ocurra desviar los fondos a sus cuentas" Y el caso es que lo dijo en serio. A la niña se le explotó el globo pocos minutos después, quizá para que se fuese acostumbrando a las ingratitudes de la vida. A Sotillos le abordó un municipal ceñudo advirtiéndole de que si se quedaba fijo en un punto de la calle le quitaba el género. "Circule, circule!" (Se le ocurrirá a Rajoy grabar con un impuesto especial a los artistas callejeros y a los mendigos?) Ambos ponían todo su empeño en no perder de vista la torre móvil que les guiaba. Si antes fue el culo portentoso de Calvo la referencia, ahora era el rascacielos Guarromán.
"Qué colonia más fuerte se pone este hombre, Dios Santo!" - pensó Doña Purita - "Cómo es posible que me llegue el olor estando yo tan abajo?!"
Euklogio Guarromán siempre había sido muy coqueto, quizá para suplir su fealdad. Era el típico feo resultón, y eso que carecía de locuacidad e ingenio, pero muchas mujeres lo encontraban interesante por su carácter reservado, y hasta les resultaba simpática su cara de buitre al acecho. Y la rumorología le atribuía excelentes aptitudes de amante. Guarromán jamás estuvo casado porque detestaba la monogamia.





Felisa Calvo y los hombres.

La atribulada Felisa se movía mucho en la cama aquella noche, pero no por actividad sexual. La angustia y la desesperación la embargaban. De ser la heroína de la reunión de policías había pasado a convertirse en objeto de risión. No era tonta y advirtió que tras los rostros prertendidamente graves de sus compañeros se ocultaban los esfuerzos por ocultar la risa. Y el hecho de que el imbécil de Valdeminguilla estuviese junto a ella, les había recordado la imagen risible de "la gorda y el flaco" Valdeminguilla, como tantas otras veces, había sido el detonante de la catástrofe. Y el Jefe les había castigado a los dos a una semana sin sueldo. Pero su estado de angustia, el que ahora la impedía conciliar el sueño (y que había provocado que Pelayo se instalase en el sofá) tenía otros detonantes: Se angustiaba ante la idea de que Florencio lo estuviese pasando verdaderamente mal por su culpa. Florencio era un buen tío y ahora se veía obligado a sobrevivir otra vez en la calle, durmiendo en portales o en pensiones de mala muerte, y de ningún modo se merecía que ella se hubiese exhibido ante él con su nuevo amante. También estaba angustiada por su relación con Pelayo. El minero se estaría pensando que era una gruñona y una estrecha.
Amaba realmente a Pelayo como ella creía que le amaba?... Cómo se comprendía entonces aquella súbita pasión por el inspector Molina?... Por más que intentase reafirmarse en su amor por Pelayo, se sentía turbada en presencia de Molina. Pensaba en su cara, en sus ojos y se estremecía. Y Molina?... sentiría el inspector algo por ella?... Aquella mirada suya tan fija, tan penetrante, lo mismo la desconcertaba que la atrapaba como la tela de araña a una mosca. Miraba así Molina a todo el mundo o sólo a ella?
A la gente le causaba gracia su gordura, pero los hombres siempre la habían deseado, y ella siempre se había sentido vulnerable. Era todavía una jovencita recién ingresada en la policía, cuando un poli feo pero seductor se la llevó al huerto. Fue su primera experiencia, su primer amor y su primer desencanto amoroso, y todo en un tiempo muy breve. Aún no entendía de hombres y mucho menos de ligones hiperactivos, y quizá fue el ejemplo de Guarromán lo que la llevó a ser tan promiscua como él.

- Serpiente nauseabunda!, bicho diabólico!, arpía repugnante!... Muere!, muere!, muere!
Vaya, lo que le faltaba para redondear la noche toledana. Al loco de la buhardilla de arriba le había vuelto a dar la crisis. Aquella monja tan amable, Sor Auxiliadora, le pidió un día que fuese tolerante con él porque sólo era "un pobre enfermito" Era fácil hacerla caso cuando el sueño te atrapa y no te enteras de nada. Pero, en sus actuales circunstancias, los berridos del loco contribuían a aumentar su angustia.
Crescenciano Cano acuchillaba una foto en blanco y negro en la que se veía a su madre posando ante la fachada de una iglesia junto a un niño de primera comunión que era él.
Y Pelayo dormía a pierna suelta, ajeno a la angustia de Felisa y a la locura de Crescenciano.

( Continuará )

6 comentarios:

  1. Que lio de personajes, tienes que ir eliminando unos cuantos...a puñaladas.

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    1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    2. Qué sádico estás últimamente, jefe. Será mejor que no vengas a traerme libros...

      Es por tu propio bien, ¡juas juas juas!

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    3. No hay tantos personajes, señor director, seguro que encuentra muchos más en El Quijote, en la Biblia o en el PP.

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  2. ¡Ostras, menuda Bimba! Esta es la del "después del chocolate" y la mía del "antes", ¡juas!

    "Lucro personal", ¡juas juas! El Super Jefe vive en un mundo de risa.

    Respecto a la agente Calvo, si duda es que no ama, obvio.
    Caramba con el agente Valdeminguilla, es una máquina de desgracias, je je je...

    ¡Anda!, el chalado es vecino de Felisa. Nos divertiremos.

    Gracias por su voto y el análisis.
    Que pase una excelente semana.

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    1. De nada, a mandar. Pues la semana no va bien, ayer perdí cinco libras, que para mi subvención miserable es mucho, y ahora me está entrando agua en el zapato izquierdo, y en casa me tengo que apañar como pueda porque siguen las obras. El panorama no es alentador.
      Viva la salud!

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