martes, 21 de agosto de 2012

Disparos al Cielo

Un asesino como los demás (104)



Florencio les miraba muy fijamente, sin mover un músculo de la cara ni del resto del cuerpo. Les miraba y les apuntaba con el arma. El brazo que sostenía la pistola fue desplazándose paulatinamente de izquierda a derecha, apuntando a la cabeza de Felisa y a la cabeza del hijoputa.
La pareja se había detenido súbitamente porque a Pelayo le llamó la atención el hombre estatua. Felisa no le había dicho que su ex novio era un artista callejero, se sentía avergonzada. A los pocos segundos Pelayo tiró de Felisa para continuar caminando, pero volvió a detenerse al observar que el vaquero les apuntaba a ellos con la pistola. Felisa estaba tan tensa como acojonada. "Dios mio, en qué va a terminar esto?!"
Una señora con una niña pequeña se acercó a echarle una moneda al artista. En tales momentos el cow boy solía hacer gestos caricaturescos a lo John Wayne o cualquier otro vaquero estereotípico. En esta ocasión apretó el gatillo varias veces apuntando a la pareja y poniendo caras de odio. A Felisa se le revolvió el estómago. Al asturiano le dio la risa.
- Oye, es cojonudo, que bien lo hace, verdad? Voy a echarle unas monedas al paisano, que se lo está ganando.
- No, Pelayo, vámonos!... Venga, vámonos ahora mismo!
- Hombre, unas monedinas habrá que echarle al paisano, no?, que para eso nos está divirtiendo.
- Pelayo, hazme caso y luego te lo explico. Vámonos, venga!
- Pero, mujer, je, je!... el sida no se contagia porque me acerque a echarle unas monedas. - Enseguida se dio cuenta de que había dicho una estupidez - Mira, Feli, me presta ayudarle a este buen hombre.
- Vale, pues aquí te quedas!
- Eh, oh!... Espera... espera, Feli!
Les vio alejarse calle abajo mientras enfundaba el arma y adoptaba otra postura rígida. "Por qué ha querido Felisa que ese hombre se regodease de mi?... Puede una mujer ser tan perversa como para hacerme eso?... Es que no cuentan todos estos meses en los que hemos compartido la cama?... No le ha quedado el más mínimo sentimiento, al menos de simple afecto, hacia mi?
El alto volumen del sonido de un cantante callejero y la televisión de un bar próximo, le habían impedido escuchar las palabras insistentes de Felisa rogándole a su nuevo novio que se marchasen. Ahora estaba sumido en el dolor por la presencia inoportuna de la pareja y las risas de aquel cabrón.
- Mamá, el vaquero está llorando! - Gritó un niño muy observador. (Y casi todos los niños lo son)
Florencio no se movió para secarse las lágrinmas que se deslizaban por sus doradas mejillas. Su trabajo era duro y muy mal remunerado, pero había que mantener el tipo. Un artista se debe a su público y mucho más cuando es un artista callejero. De sus menguados ingresos - que no siempre es sábado y hay días que llueve - debía apartar ahora un dinero para pagar la cama en una pensión tercermundista. Y en estos precisos instantes varias personas les miraban, varias posibilidades de incrementar sus menguadas ganancias.
Felisa en compañía de aquel hombre... Su desgracia era ser un artista callejero. Felisa necesitaba un hombre que la aportase seguridad, no sólo un pene prodigioso. Felisa tenía un trabajo serio y buscaba un hombre serio. Se acabó el sexo desenfrenado con un paria de la calle. La poli no le había amado nunca, pero él la amaba. Su amada le preguntaba siempre después de hacer el amor: "Me quieres?", y el sólo contestaba con monosílabos porque su sentimiento era tan grande, tan hermoso, que no sabía como expresarlo.

    Volvió a llorar como lloran las estatuas, en silencio y ante el viento que no las mueve y el público que no las aprecia. Otras dos lagrimas marcaron reguerones en su dorada epidermis de estatua con corazón.
Doña Inmaculada Domínguez se apartó de sus amigas para acercarse al artista y premiarle con uno euros. Le miró a la cara y percibió el dolor que reflejaba el semblante contraído y aquellas lágrimas furtivas que ensuciaban el maquillaje. Y no pudo evitar una pregunta:
- Oiga, amigo, está llorando de verdad o es un efecto artístico? - No aguardó a la respuesta porque las imágenes mudas del legendario Far West deben mantener su mutismo a toda costa. Añadió: - Pienso que es usted un ser fenomenal, gracias por entretenernos.
Y tres monedas de euro cayeron sobre el recipiente de hojalata del artista. Al escuchar el metálico clink-clink el vaquero descargó con rabia todas las balas invisibles de su arma contra el Cielo, contra Dios, contra la Vida, contra el Amor, contra TODO!!
- Habeis visto cuánta pasión pone en su trabajo - Les dijo Doña Inmaculada a sus amigas.

( Continuará )

( Este capítulo está dedicado a los artistas callejeros, mis amigos y colegas de otros tiempos)

6 comentarios:

  1. El vaquero fué victima, como tantas veces lo somos todos, de una jugarreta de la mente. No pudo ver la realidad de los hechos, tal cual eran, porque estaba ofuscado juzgándolos a través de la engañosa visión de las emociones.
    Cuando vi su rostro, supe que su dolor era auténtico por esa razón no espere a su respuesta, solo pude mostrarle mi respeto hacia tanta valentía y coraje, en forma de alago profresional, imprimiendo dignidad al momento.
    Lo que yo no sabía Don Bonifacio, era que usted estaba mirando, percatándose de todo. Pude haberlo imaginado!! al fín y al cabo, como buen adulto-niño, es usted observador. Además los caminantes a fuerza de dar tumbos, siempre nos reconocemos, vemos las almas bajo disfraces de vaqueros, damas o caballeros.

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  2. Uf... Este episodio es triste.
    Estar enamorado y no ser correspondido es una cosa, pero encima tener que soportar la visión de la nueva pareja entre risas y achucheos duele infínitamente.

    :(

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  3. Tuvo usted un comportamiento muy correcto, Doña Inmaculada, lástima que el vaquero no se fijase en usted y sólo escuchase el ruído de las monedas al caer sobre la hojalata. Su comprensión le hubiese ayudado.

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  4. Hay que dar pinceladas distintas, Doña Leona, las grandes obras de los genios del humor (no me considero yo tal, por supuesto) están llenas de pasajes tristes, es una estrategía para encarrilar acto seguido al lector o espectador hacia las escenas cómicas.
    Buen miércoles!

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  5. Será que soy un poeta de incognito, je, je!

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