viernes, 27 de abril de 2012

Homosexualidad

Voy a intentar, por primera vez en mi vida, escribir sin sarcasmo, sin ironía, sin mordacidad, sin humorismo, sin entrecomillados, sin insultos... Voy a intentar expresarme con la mayor naturalidad del mundo.
El hecho de que yo acepte que la homosexualidad es algo normalísimo y no una enfermedad, no es porque se hayan pronunciado al respecto unas cuantas prestigiosas instituciones, desde la Organización Mundial de la Salud hasta la Sociedad China de Psiquiatría, pasando por el Ministerio de Salud ruso y un largo etcétera. Es decir, la comunidad científica internacional reconoce que lo que no es heterosexualidad no tiene porque ser una enfermedad. Los homosexuales no son enfermos.
Digo que no necesito que me lo expliquen los sabios porque me ha sobrado con mi inteligencia para entenderlo así. Mi trato con homosexuales a lo largo de los años, mi intuición para valorar la realidad de la naturaleza y lo que yo entiendo que es una enfermedad (En mi diccionario: Alteración del funcionamiento de alguna parte del organismo) me han llevado a comprender que la homosexualidad es algo tan natural como la redondez de la Tierra.
Y pongo el ejemplo de la redondez de la Tierra porque los que ahora se dedican a atacar a los homosexuales, antes negaron la redondez de la Tierra.
Todo esto viene a cuento porque otro obispo, ahora el de Alcalá de Henares, ha iniciado su particular cruzada contra los homosexuales, empeñado en que tienen que curarse. Por cierto, estos señores nunca ponen el mismo interés en atacar a los pederastas, que tampoco son enfermos pero sí delincuentes y hacen un daño enorme a los niños.
Y al obispo de Alcalá de Henares le jalean otros homófobos. (No será la homofobia la verdadera enfermedad?...) Dice la Federación Internacional de Asociaciones de Médicos Católicos (No sabemos el número de miembros de estas asociaciones) que no comparten la práctica de la homosexualidad por no estar conforme con la sana antropología ni con la Santa Biblia, y añaden que la homosexualidad no es pro-natura y que Monseñor Reig, el obispo, tiene toda la razón.
Les juro que me siento triste leyendo estas cosas. Mi tristeza es porque tales opiniones no parten de la inteligencia. El ser humano es inteligente pero muchas veces no hace uso de su inteligencia porque prefiere anularla en favor de elucubraciones tortuosas y posicionamientos espúreos. Triste, muy triste.



Un asesino como los demás (17)

Resumen de lo publicado

Don Angel Luis, un sicópata del cual sólo sabemos que se llama Don Angel Luis porque todavía andamos por el capítulo 17, se ha especializado en asesinar a ancianas solitarias y ya suman 13 las asesinadas.
El Jefe Supremo de la Policía, Don Escolástico Navacerrada San Fermín, ha recibido una reprimenda del Ministro del Interior y su imagen está siendo desprestigiada por los medios de comunicación. Y para colmo de los colmos, un conocido vidente, el Profesor Merlíng, trata de estorsionarle.
Dos hechos sorprendentes: El policía Valdeminguilla ha estado muy cerca del sicópata, pero sin llegar a sospecharlo, y una venerable anciana, Doña Purita, se ha salvado por chiripa de ser la víctima 14.
Y tras el efecto paralizador momentáneo de la "energía apaciguadora" que le envio el Profesor Merlíng a través de su "campo extradimensional espiritualizado", la escalada criminal del astuto killer está a punto de continuar.
(Continuará, por supuesto)



4 comentarios:

  1. La mas rancia iglesia catolica no tiene nada que envidiar al ajatola Ahmanideyah que cuelga de gruas a los homosexuales, o los direntes de Uganda y otros paises que los condenan a muerte.
    Ese obispo es una vergúenza para este pais tal como el iman de Lerida.

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  2. Lo preocupante es que los medios les den tanto espacio. Comprendo que debemos estar informados de todo, pero también considero que el "mensaje" de estos integristas ya huele, que el oscurantismo ya no les hace gracia ni a los humoristas.

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  3. Lo he dicho un montón de veces, la homosexualidad no es ninguna enfermedad, sólo el gusto de algunos, igual que hay a quienes les gustan las gordas muy gordas, desparramadas, y a otros las radiografías andantes.

    Para gustos hay colores y el sexo no es una excepción. La homosexualidad viene desde la noche de los tiempos. Nos ha llegado históricamente de romanos, griegos, espartanos... Sí, esos "bravos guerreros" que luchaban hasta la muerte pero se encamaban con sus compañeros de batallas. Y tenían esposa e hijos que les esperaban en casa.

    No creo que se trate de una "enfermedad" ni que tenga tratamiento, es simplemente el gusto por algo, más o menos como si a mí me gusta comer carne cruda y algunos, vegetarianos, ponen el grito en el cielo y me tachan de vete a saber qué.
    A mí qué coño me importa si ellos sólo comen verduras, me gusta la carne cruda y no hago mal a nadie por ello porque la compro donde se vende y si no la cocino como es lo normal, es asunto mío.

    Por ello hay que distinguir entre la homosexualidad y la pederástia.
    Lo primero supone un intercambio sexual entre adultos, consentido. Lo segundo es una agresión y por tanto, delincuencia muy grave, tanto más que se perpetra contra menores sin posibilidad de defenderse.

    Oiga, como me eche al killer ese delante, no le va a reconocer ni su madre porque mis uñas son largas y muy, muy duras...
    Un día le pedí a la novieta de mi hijo que me recortara una rota, al ser en la mano derecha y no tener fuerza para hacerlo con la izquierda.
    No pudo. Demasiado dura. Así que mis zarpas son de miedo ;D

    ¡Salud!

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  4. Ahí está, la homosexualidad también se puede convertir en una agresión si un homosexual obliga a otro al sexo por la fuerza, y la heterosexualidad tres cuartos de lo mismo, por eso me resulta irritante que se considere a los homosexuales como si fuesen pederastas, y toda por una oscura religiosidad que ni nos va ni nos viene porque sólo es la chaladura de ellos.
    Uf, habrá que decirle al bueno de Don Angel Luis que no vaya por su casa, aunque no creo que sea su intención porque usted todavía no ha alcanzado el estatus de ancianita.
    Salud!

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