jueves, 26 de abril de 2012

La verdad sobre el accidente del Rey en Africa



- Alto, Majestad, no dispare!

- Quién va?!

- Soy yo, Mariano!

- Coño, Marianito, qué haces tú aquí?... Pues he estado a punto de pegarte un tiro porque de lejos y con barba parecías un terrorista de Al Qaeda.

- Majestad, vengo a llevarle a España, creo que ha sido un error permitirle que venga a esta cacería. Acompáñeme, hay un avión en la pista del aeródromo.

- Y qué hago yo en España?, allí ya no se pueden cazar ni etarras.

- Majestad, es necesario que se ponga al frente de la Jefatura del Estado y cumpla con sus obligaciones. Tiene que apaciguar los ánimos de los indignados con sus discursitos de "la Reina y yo", visitar a sus amigos los árabes para que nos vendan petróleo a precio de fábrica y regañar severamente a Urdangarín.

- Vale, pero espera un poco que voy a matar un par de elefantes más.

- No hay tiempo, Majestad!... España espera!

Y el bueno de Don Juan Carlos de Borbón, rey de España y de todos los españoles, fue conducido hasta el avión del Ejercito que le esperaba con los motores en marcha. Y una fatal desgracia sucedió en el momento de subir al aparato. Don Juan Carlos tropezó y cayó rodando por la escalerilla.

- Me cago en la República!... Me he roto la cadera!



Un asesino como los demás (16)

- Da usted su permiso, Jefe Superior de nosotros?
Preguntó protocolariamente el acoquinado Valdeminguilla desde el umbral de la puerta.
- Pase, Valdeminguilla, pase!
Le iba a leer la cartilla de inmediato, pero se sorprendió a sí mismo con un ataque de risa.
- Ja, ja, ja, ja!... Valdeminguilla, es usted una auténtica máscara de carnaval. Con ese disfraz y su aspecto escuchimizado me recuerda a la vieja aquella, Margarita Seisdedos, cuando atacaba con el bolso del ladrillo al bufón que la provocaba.
- Una amiga mia estilista dice que es un disfraz muy convincente - se atrevió a replicar el sufrido madero.
Y Don Escolástico recobró la seriedad y el cabreo.
- Valdeminguilla, me tiene usted hasta los mismísimos huevos. Hemos recibido un montón de denuncias de hombres mayores contra una "puta flaca" que les hace gestos obscenos. Limítese a observar a los hombres solitarios, Valdeminguilla, no improvise, haga lo que se le ha ordenado y punto, como el resto de sus compañeros. Y póngase un disfraz más serio, por favor, un disfraz de ancianita adorable, no de puta desvergonzada, que va usted más pintarrajeado que Carmen de Mairena, coño!

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