sábado, 31 de marzo de 2012

Una vida más corta

                             
Su vida era ejemplar, buen marido, buen padre, buen vecino... y no bebía ni fumaba. Pero un día se le torcieron las cosas, perdió el trabajo, katakrass!!..., también se cebó con él la crisis. Su vida dio un giro radical. Su esposa alucinó cuando, cierta mañana, la sorprendió con la siguiente declaración: "He decidido volver a beber y a fumar, no merece la pena llevar una vida sana con el único objeto de hacer más larga esta puta vida; para qué quiero una vida más larga privándome de todo?... Así que ahora mismo bajo al estanco a por tabaco y luego me paso por el bar a tomarme un whisky"
Esta gloriosa declaración de intenciones provocó una fortísima discusión matrimonial y la amenaza del divorcio por parte de su sufrida cónyuge. Pero el hombre "renovado" no se amilanó. Bajó al bar y se puso animadísimo gracias a un excelente whisky escocés. Sus efectos no se hicieron esperar, pues le faltaba costumbre como bebedor. Salió del bar dando gritos de euforia etílica: "A la mierda la vida sana, no me importa una vida más corta!"
Intentó atravesar la calzada por el carril bus sin percatarse de que un mastodóntico hijo de la EMT se acercaba a 70 kilómetros por hora. Lo arrolló. Consiguió lo que quería. Su vida fue cortísima desde que decidió beber.

"Para qué preservar la vida si hemos de morir, si la inmortalidad no existe y la salud es un efímero accidente de la juventud" (Louis de Berniéres por boca de uno de sus personajes en "La mandolina del Capitán Corelli")



Las voces del suelo

Las voces del suelo sólo llegan a nosotros como débiles lamentos surgidos del fondo de las alcantarillas. Pero no están tan lejos, están sobre la acera, arrinconados, semi hundidos, apagados... Son seres humanos que han perdido la fuerza o la voluntad para vender periódicos marginales o encarar a los peatones implorando una limosna.
Están en el suelo y se oye su débil súplica que siempre termina con un "please", por favor, y algunos ni tan siquiera eso, sólo son estampas mudas de los que han tocado fondo, de los más desgraciados en una sociedad humana de depredadores.

Mujer, pobreza, calle  (Bajo nuestros miradas, lejos de nuestras miradas...)

2 comentarios:

  1. Todo es cuestino de perspectiva moral. beber y fumar no tienen nada que ver con una vida mas sana, sino con la aplacación de la ansiedad provocada por el cerebro.
    Y los mendigos no son lo que eran, antes se pedía para comer, hoy es una mafia organizada de rumanos...al menos en El Prat.
    Happy weekend for you!

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  2. Yo aquí veo muchos mendigos tirados por el suelo que la mayoría son ingleses. Los que venden un periódico marginal ("North") también son la mayoría ingleses. Es lo que observo en el centro de la ciudad. Dan la impresión de ser toxicómanos y alcohólicos.
    Beber y fumar desde luego que hacen una vida insana, sobre todo cuando has llegado a cierta edad.
    Buen lunes y feliz semana!

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