viernes, 22 de junio de 2012

Familia cristiana modélica

Un asesino como los demás (53)

Fue Encarnita la encargada de depositar el hermoso ramo de flores sobre la tumba de la abuelita Rosita. A Don Angel Luis le brotaron un par de lagrimillas de emoción y pena (Imaginativamente porque los sicópatas no lloran) Encarni dirigió la plegaria:
"Dios de te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, benedita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús"
Encarni, Manolín y Don Angel Luis respondieron a coro:
"Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén"


  (Bellísimo cementerio en donde reposa el cuerpo de Doña Rosita)


El ramo de flores destacaba con toda su colorista belleza en una tarde de generoso sol primaveral. Una inscripción en la lápida recordaba a la ex dueña de sus huesos:
"Rosa Villaconejos Ortiz. Tu marido, hija, yerno y nietos que no te olvidan"
(El yerno, Manolo, currelaba con el taxi a estas horas y no le gustaban los cementerios) La verdad es que no eran religiosos practicantes, ni siquiera religiosos, pero reservaban su fe para momentos como este, bodas, bautizos y comuniones, igual que la mayoría de los españoles descreídos. Los niños iban a un colegio laico, el colegio publico "Comandante Che Guevara" (que aún no se llamaba "General Mola" a pesar de la insistencia del sector duro del PP y de los obispos nostálgicos del invicto caudillo) pero también acudían a catequesis los domingos, a la parroquia del Divino Pastor.
Manolín, escéptico prematuro ya en su preadolescencia, tuvo un pensamiento acorde con el momento: "Qué absurda es esta costumbre de traer flores a los muertos, en cosa de nada ya se habrán marchitado. Si por lo menos las hubiésemos traído de plástico"
Encarnita, más ingenua y tradicional, se había empeñado en lucir peineta y mantilla negra, a lo María Dolores de Cospedal, y lo había conseguido a pesar de las reticencias de su madre. Parecía una beata enana de la España profunda. Encarnita no tenía ningún recuerdo de la yaya Rosita, pues era muy pequeña cuando esta murió, pero suspiraba o lloraba cuando alguien rescataba su recuerdo.


      (Che Guevara y General Mola, dos fanatizadores de masas)

Caminaron despacio de regreso a la salida del camposanto. Aprovechando que los niños iban algo adelantados, Encarni le susurró a su padre:
- No crees que estás demasiado llamativo, papá?
Don Angel Luis lucía en la cabeza una gorra americana con la inscripción "New York" en letras plateadas; una camiseta de La Roja, la correspondiente a Iniesta; unos piratas de color rosa y unas zapatillas de marca muy chulas. A la dulce Encarnita le había encantado el cambio. Don Angel Luis era ahora un hombre renovado, fashion, deportivo, publicitado... feliz!
- Me he puesto ropa veraniega moderna simplemente, te parece mal?
- No, estás muy guapo, je, je!, muy juvenil!... Sabes lo que pienso? - y dibujó una sonrisa pícara en su rostro - que a lo mejor estás pensando en echarte novia.
- Sabes que no, hija mia, soy un hombre mayor y absolutamente fiel a la memoria de mi difunta Rosita, tu santa madre que Dios tenga en su gloria.
Y lo dijo muy serio. Ella acentuó su sonrisa.
- Oye, no serás tú el asesino en serie y por eso has renovado la imagen?, je, je, je!
(Continuará)

4 comentarios:

  1. Eso, empieza a sospechar, tachán, tachán!

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  2. Curioso, ¿para qué van los niños a catequesis si la familia no es prácticante? Qué manera de torturar a los niños, joder. Luego pasa lo que pasa y la niña empeñada en disfrazarse de María Dolores de Cospedal, ¡juas!

    En los cementerios no hay nadie, sólo huesos y polvo. El difunto permanece un tiempo -su espíritu- en donde vivía habitualmente, su casa o donde hubiese vivido los últimos años, hasta que se da cuenta de que ha fallecido. Por dos motivos, uno que todos no se dan cuenta así como así y el otro es si tienen algo pendiente, algo importante que comunicar; entonces, una vez solucionado esto, es cuando emprenden el viaje, no digo que definitivo porque esto no lo sé, mis experiencias sólo han llegado a la primera fase: comunicarse para pedir que se haga algo que ellos dejaron pendiente.
    Pero este no es el caso de Doña Rosita porque los difuntos nunca piden venganza, al contrario, intentan ayudar, conque es Don Ángel Luis que está como una chota.

    ¡Ja ja ja! Me imagino al "prota" con piratas rosa, camiseta roja, gorra de sudaca y zapatillas de macarra de barrio y me desternillo.
    Este camuflaje constante me recuerda a algo que no consigo ubicar. Será que voy demasiado atareada.

    ¡Salud!

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  3. Hola!
    Eso "curioso" contraste existe en montones de hogares españoles. El norte es corriente que el papá se esté cagando en Dios todo el día y la mamá sea catequista. Es tan fuerte la influencia de la Iglesia como de la blasfemia.

    Pues recuerde usted a la madre de "Norman Bates", el asesino de Psicosis, está en la línea de lo que usted me comenta.

    El culebrón sólo está empezando, ya verá, ya verá...

    Salud en dosis generosas!

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