martes, 18 de diciembre de 2012

Parece que fue ayer cuando celebramos el capítulo 100

Un asesino como los demás (200)






Los último que vieron en su vida los ojos aterrorizados de Ubaldo Merlíng fue un cartel luminoso con la palabra MERCADONA que se acercaba al helicóptero a gran velocidad. El impacto fue sobrecogedor y la muerte de ambos fulminante. Sucedió a sólo cincuenta metros del belén viviente organizado por el Centro Civíco para la Tercera Edad Marujita Diaz.
- Oh, qué ha sido eso, Teresita?
- Parece como una bomba, no?, o igual es una explosión de gas.
- Quedan sólo cuatro días para el fin del mundo y ya están sucediendo fenómenos extraños.
Alguien gritó:
- Un helicóptero se ha estrellado contra el Mercadona!
- Jesús mio, qué desgracia, pero cómo es posible que dejen andar a los helicópteros por estas calles?!
- Se habrá caído del cielo, Purita.
- Ah, bueno, también es posible.

La tragedia del helicóptero, en la que también murieron dos personas y un perro, ocupó grandes espacios en prensa y televisión por la singularidad de uno de los personajes muertos, la gran estrella de la telebasura que se había convertido en un asesino, protagonista además de una fuga espectacular durante un traslado de presos. Un periodista listo descubrió la "coincidencia" ( así lo redactó ) de la muerte de los protagonistas de aquella fuga, Merlíng, El Ful y Rompetechos casi a un tiempo, y los tres de forma trágica, lo que dio pie a numerosas especulaciones sobre policías malvados, mafias ocultas, sicarios a la órdenes de Gallardón, extraterrestres destructivos, etc., etc., que, como todas las especulaciones chorras, pronto cayeron en el olvido.
Flabio Oriñón, Florialdo Santurce y Octavio Mioño fueron acusados de complicidad con un criminal y homicidio involuntario ( por obligar a volar al piloto )  El gabinete de abogados de Tele 10 se puso en marcha enseguida para conseguirles la libertad condicional, a ser posible sin una fianza excesiva. Octavio Oriñón fue el primero en salir y sin fianza, dada su condición de empleado de la casa sin responsabilidad en la trama.
Doña Purita no dejó de recordar que ella había tenido la corazonada de que algo malo iba a ocurrir y muy pronto, y se hacía cruces recordando que la muerte estuvo sólo a cincuenta metros. Teresita tenía una respuesta para eso:
- Hija mia, me hablaste tanto de tu corazonada que ayer me puse este amuleto de mi difunto padre. Mira, lee.
- Léemelo tú, hija, que sin las gafas no...
- "Detente, bala", eso es lo que pone, lo llevaban muchos soldados en la guerra.




Don Angel Luis no tenía más remedio que jugarse el todo por el todo o abortar su plan. Le faltaba paciencia para esperar a que comenzasen los ensayos de la obra teatral en el centro cívico, aparte de que las instalaciones del centro no le inspiraban confianza para moverse con impunidad, sobre todo para escabullirse una vez cometido el asesinato.
Junto al belén viviente habían instalado unos urinarios muy precarios, que siempre estaban atiborrados de usuarios, y, para colmo no había vestuarios, ( aquí hay más rimas que en La Venganza de Don Mendo ) los actores venían disfrazados de casa. Osea que no tenía más remedio que matarla en aquella calle poco transitada, "Calle del Nacimiento" así se llamaba. La ventaja era que Doña Purita caminaba sola por esa calle; al llegar allí, ya había dejado atrás, en su casa a Teresita.
"Mañana es el gran día, dame fuerzas, Rosita!"

( Continuará )

4 comentarios:

  1. - Jesús mio, qué desgracia, pero cómo es posible que dejen andar a los helicópteros por estas calles?!
    - Se habrá caído del cielo, Purita.
    - Ah, bueno, también es posible.


    Purita es inefable, je je je... Y Teresita no le va a la zaga con el 'Detente, bala'. La fe mueve montañas.

    ¿Una instalación sin vestuarios? Curioso pero no imposible. Hay a quien le gusta exhibirse "uniformado" por la calle, pero a otros no les hace ninguna gracia. Aunque bien mirado, mejor así, en casa, con tranquilidad, se puede uno vestir y maquillar a gusto.

    "Calle del Nacimiento"... será de la muerte, ¡jo!
    Ya no falta nada para saber el desenlace, el cual no me imagino, la verdad. Reconozca que con el final le ha dado un giro inesperado y he perdido el hilo que me permitía prever cada paso, conque es usted un crak, le guste o no, ¡juas!

    ¡Hasta mañana, que salgo para otra "excursión" de las mías!

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  2. Feliz excursión!... Yo ahora vengo de una, la enfermera me ha puesto las pilas con la jodida dieta. La verdad es que tengo que seguirla porque si no un día me voy a llevar un susto.
    En la Calle del Nacimiento se ventila el asunto. Tachán, tachán!... ya sólo quedan horas, je, je!

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  3. El detente bala, no va a deterner un cuchillo, digo yo

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  4. Pues tiene usted razó, Don Jesús, tendrá efectividad sólo con cuchillos!

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