lunes, 17 de diciembre de 2012

Emoción en la tele

Un asesino como los demás (199)




Minutos después se ponía al teléfono el Super Jefe Lopategui Serranillos.
- Qué ocurre, Malagón, no está usted hoy libre de servicio?
- Jefe, el vidente que está en busca y captura, el mismo!... le están entrevistando en la tele!
- En qué canal lo puedo ver?
- No, no, es una grabación, es aquí en Tele 10, es que he venido con mi madre y... - Una azafata intentaba acercarse al teléfono para cortarle la comunicación - Niña, aléjate o te parto la cara! - No fue una reacción muy profesional que digamos, se dejo llevar por los nervios, pero la "niña" entendió el mensaje.

Lopategui Serranillos se sumió en la zozobra. Si el programa llegaba a emitirse le supondría el éxito absoluto sobre el hombre que le había antecedido en el cargo. Pagaría por despota y por mafioso el muy corrupto de Navacerrada San Fermín. Pero su sentido del honor y el deber le impulsaban a detener a un criminal en busca y captura y a todos los farsantes implicados en ese programa televisivo. Y, además, Malagón podría acusarle de dejación de funciones. Mañana saldría el programa al aire y el pájaro se reiría desde su escondrijo. No, no, había que actuar de inmediato. - Usted no haga nada, Malagón, cuide de su madre, manténgase alejado del follón porque puede que nuestros hombres lleguen hasta el plató.
- Sí, señor.
Y enseguida se escuchó eso tan televisivo de "Aviso a todas las unidades!"








Doña Purita y Teresita acariciaban a los corderitos mientras el público se paseaba en torno al belén viviente. Uno de los corderos, que miraba fijamente a Doña Purita, le recordaba a esta el bizco. Afortunadamente, ambas pastorcillas permanecían alejadas de la Sagrada Familia, lo cual le libraba a Doña Purita de sentirse acosada por las miradas inquisitivas de Don Bienvenido-San José. Pero en la Noche Buena tenían que acercarse a entregar los presentes al Niño Dios. Haría de tripas corazón.
El comentario más extendido ese día entre las figuras humanas del belén es que se había sustituído al niño de carne y hueso, un crío de un añito que hacía de Niño Jesús bebé, por un muñeco. El motivo fue la denuncia de una asociación de defensa de los menores que expuso el peligro que corría el niño al estar tan cerca de dos animales peligrosos como eran la mula y el buey. La nota discordante la protagonizó un gamberro que entró en el belén cuando lo estaba bendiciendo Monseñor Rouco Varela, se bajó los pantalones y agachándose gritó: "Soy el caganer!, soy el caganer!" Pero hubo un accidente de trágicas consecuencias, el que sufrió Don Epifanio, que se cayó de la mula cuando ensayaba su papel de Melchor y se rompió unos cuantos huesos. Inmediatamente le buscaron un sustituto, Don Plácido Bernárdez, cerrajero jubilado, pero se decidió que ya no habría Melchor montado a caballo para prevenir otros accidentes (Sin embargo iba a haberlo, como comprobarán nuestros lectores más adelante )
- Estos animales huelen mal, Teresita.
- Y cómo quieres que huelan?, son animalitos, hija!
Un periódista del periódico digital del barrio, "El Divino Pastor Digital", que realizaba un reportaje del belén viviente, le hizo varias fotos a Doña Purita con los corderitos. Al día siguiente aparecerían con el titular: "Doña Purita, la superviviente del asesino en serie, es una humilde pastorcilla de Belén", titular que sería eclipsado por otro más importante del suceso que se avecinaba.
- Ay, hija mia, no se me va el presentimiento, algo muy malo va a ocurrir y no lejos de aquí.
- Casi se nos mata Don Epifanio, te parece poco?
- No, no, algo más grave, más gordo, mucho más gordo!
La lluvia que sonaba sobre la carpa del belén viviente había mermado la asistencia de público esa noche.





En el momento en que se reanudaba la "entrevista del siglo", tras el bloque publicitario, Santurce recibió en control a la azafata Margarita que le puso en conocimiento de una noticia fatal: había un policía en el estudio y ella le había sorprendido telefoneando a su jefe"
En realidad, Malagón ya no estaba allí, se había pirado en un taxi con su madre a pesar de las protestas de esta, porque la buena señora quería seguir en la grabación.
El notición cabrón se lo dio el jefe de seguratas por teléfono:
- Don Florialdo, hay un contingente policial rodeando las instalaciones, y en este momento se dirigen al estudio un grupo de policías.
- Jodeeeeer...!! Mioño, mete publicidad, vamos!
Se dirigió rapidamente a la mesa de la entrevista y abordó a Merlíng y a Oriñón.
- Nos han descubierto, la policía ya está dentro de Tele 10. Tú, Ubaldo, vente conmigo, que tengo una idea para que desaparezcas de aquí. Mejor dicho, ya lo tengo todo preparado por si ocurría esto. Vamos, no hay tiempo que perder!
Merlíng no pudo decir ni mu. Enseguida se vio esprintando por pasillos y más pasillos, dando uno rodeo enorme para evitar a la policía que se acercaba al plató.
Llegaron al patio en donde les esperaba el helicoptero de Tele 10 con su piloto Serafín de Cielo Bolivar.






- Vamos, Serafín, llévate a este hombre de aquí.
- Don Florialdo, sigue lloviendo y se estám levantando rachas de viento.
- Cagüen la puta, no presumías de haber pilotado estos cacharros cuando luchabas con la guerrilla de tu país?!... y en condiciones atmosféricas muy malas, me dijiste. Joder, te quiero en el aire en dos segundos o estas despedido!
"La hostia!"... - Temblaba el acojonado Ubaldo Merlíng. No se había visto en una parecida desde la tarde aquella, cuando se enfrentó al mafioso colombiano. Y ahora... a la cárcel otra vez o a jugársela a cara o cruz en este aparato diabólico. Decidió jugársela... a pesar del presentimiento fatalista y a pesar de todo. Los seres humanos cometemos locuras y alguna tiene que ser la última.

El moscón metálico resistió las primeras embestidas del viento, pero enseguida mostró su debilidad para ascender más. Pasó casi rozando la torre del campanario de la iglesia del Divino Pastor y las torres de veinte veinte pisos de la Avenida Ministra Teresa Coscojuela. Serafín del Cielo intentó posarse sobre el asfalto de alguna zona libre de personas y vehículos, pero los mandos ya no respondían. Se había levantado un viento furioso y el bicho de hierro era ya un juguete en manos de esa fuerza de la naturaleza. La pequeña nave giró como una peonza a merced del vendaval hasta que comenzó a descender a una velocidad vertiginosa hacia la Plaza de la República Bolivariana de Venezuela.
Lo último que vieron los ojos aterrados de Ubaldo García fue un cartel luminoso con la palabra MERCADONA que se acercaba al helicóptero a gran velocidad.
El impacto fue sobrecogedor y las muertes de ambos fulminantes. Sucedió a sólo cincuenta metros del belén viviente organizado por el Centro Cívico para Tercera Edad Marujita Diaz.


( Continuará )

7 comentarios:

  1. ¡Atiza! ¿Sólo quedará Bimba, o se va a cargar hasta al gato? ¡Juas!

    Desde luego, estoy hasta el moño de las asociaciones varias que se meten donde no deben, ¿y los niños de aldeas que viven entre animales?
    Pobre Don Epifanio, a eso se le llama ser un completo profesional de la escena.

    La trama corre que se las pela hacia el sprint final, ¡qué nervios!

    Abajo le he contestado, Don Boni. Y he publicado en la Comunidad demostrando que los Reyes Magos existen, los vi una vez en persona.

    ¡Buen día!

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  2. No, mujer, no, quedarán casi todos menos los muy malos, je, je!
    Yo también vi a los Reyes Magos en persona y hablé con uno, alguna vez lo he contado en el blog.
    Voy para abajo!

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    1. Pues esto me gusta, los muy malos a tomar viento. Así se hace.
      Lo que no recuerdo es su charla con uno de los Reyes. Lo debió contar antes de que yo fuera incondicional de su blog.

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    2. Una vez de niño me llevaron a ver la Cabalgata de Reyes y viví el momento más emocionante de mi vida. Los Reyes venían a caballo, aún no habían llegado los tiempos de las grandes carrozas comerciales, y me auparon a la altura del Rey Baltasar para que me dijese algo. Fueron unos segundos nada más, pero para mi quedó grabado como el recuerdo más fantástico de mi infancia. Desde entonces sólo concibo a los Reyes Magos a caballo, o como mucho con un camello, pues en mi casa había un nacimiento en el que Melchor y Gaspar montaban en caballos y Baltasar en camello.

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  3. Que barbaridad, te vas a dejar el presupuesto en efectos especiales...ya dos helicopteros.

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  4. Mis "efectos especiales", señor director, no tienen más presupuesto que la tinta del bolígrafo, pero esto no quita que celebre su ocurrencia.
    Feliz martes!

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