viernes, 18 de mayo de 2012

Humor en tiempos de crisis

Dicen que las crisis agudizan la inteligencia de los humoristas, lo mismo que los buenos toreros fueron los de los tiempos del hambre. En la "larga crisis del franquismo" surgieron dos revistas geniales, "La Codorniz" y "Hermano Lobo", que crearon una gran cantera de humoristas gráficos y literarios, o ambas cosas en una como fue el caso de Gila o de Mingote. E incluso los humoristas de los tebeos burlaban "graciosamente" a la censura.
Pues he aquí dos muestras de humorismo del bueno que aparecen en El País de ayer jueves.

El Roto

Se ve a un hombre con semblante ceñudo que apunta con el dedo hacia algún sitio y dice: "No cumplimos nuestras promesas pero cumplimos nuestras amenazas"


Forges

Un operario está instalando un rótulo junto a una puerta. En él se lee: "Secretaría de Estado de meterse la lengua en el culo", y el operario piensa: "El tiempo pone a cada uno en su sitio" (Miguel de Cervantes.


Lo mismo que se solía decir de muchos chistes del franquismo: "Son pequeñas editoriales" o "dicen más que una editorial"




Una buena noticia de la Iglesia... no oficial.

Lo leo en la versión digital de "La Verdad de Murcia"

"Cien curas se revelan contra los desahucios"

Estos curas han redactado un documento bajo el lema "Basta ya de desahuciar a las familias", y dentro del mismo se dicen verdades como esta: "La vivienda no sólo es ladrillo y cemento, sino un lugar en donde se ha materializado un proyecto familiar"
Y han iniciado una recogida de firmas para intentar frenar los desahucios. Lo "anecdótico" es que "no cuentan con el apoyo explicito del obispado, pero sí con el respaldo moral"
Esto último que me lo expliquen mejor... los propios obispos.



Un asesino como los demás (Capítulo 34)
  Doña Purita no se esperaba aquello. De nada sirvió que jurase y perjurase ante el agente que controlaba la fila de denunciantes que ella tenía fundamentadísimas sospechas de quién era el asesino. Tuvo que ponerse a la cola como el resto de los ciudadanos allí presentes, unos treinta, (ya sumaban doscientos y pico desde la semana pasada) y todos estaban convencidos de quién era el asesino, por lo general un vecino o alguien que les había mirado mal.
Los que podían se sentaban en alguna de las escasas sillas, mientras otros les guardaban el sitio. Cada equis tiempo - una eternidad de unos veinte minutos - se abría la puerta de un despacho y asomaba uno de los agentes receptores de las denuncias para ordenar: "el siguiente!"
Doña Purita estaba cabreada por la lentitud burocrática. "Qué cachazudos son, madre mia, no me extraña que el asesino se esté riendo de todos" Aprovechó la espera para echar un vistazo al periódico gratuito que le había dado en la calle un repartidor toxicómano. La noticia de portada no tenía desperdicio: "El iman de Terrasa dice que el asesino se está pasando, que hubiese sido suficiente con azotar a las ancianas" Jesús!...

4 comentarios:

  1. Falta el perfil sicologico del asesino ¿De donde viene su odio a las ancianas? ¿Acaso fue maltratado por su abuela cuando era niño?¿Es un esteta que odia que las mujeres se vuelvan viejas y feas?...

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  2. Se ha dejado algún capítulo sin leer, Don Jesús, para eso que me pregunta tiene la respuesta en el capítulo 31, sólo un poquito más atrás.

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  3. Coñe, parece que también hay curas "indignados".
    No soy obispo, obviamente, pero creo que le puedo explicar esta idiotez de los tales.
    Resulta que nadan y guardan la ropa, así que de ningún modo piensan mojarse, pero con eso de "apoyar moralmente", se creen salvados porque siempre usan su palabrería vana y hueca que ellos consideran la palabra de Dios y yo me restrombizo de semejantes inanes.
    Vayan a tomar viento, por Tutatis.

    Pobre Doña Purita. Conozco las comisarías por desgracia, aunque a mí no me han hecho esperar tanto. Pero también sé la incompetencia del personal, que más de una vez me han asaltado ganas de quitarles el teclado de las manos para redactarlo yo y acabar de una puta vez.
    Al final no sirve de nada, es una perdida de tiempo como he podido comprobar.
    A mi hijo le hizo una cara nueva un delincuente que se aposentó delante de casa, aprovechando que es una calle sin salida. La tomó con él y a pesar de que mi chico apenas pisaba la calle, primero quemó el timbre de casa y luego, un día que mandé al chico a comprar, aprovechó que llevaba las manos ocupadas por las bolsas del súper para atizarle.
    De poco no le saltó un ojo, tal como me dijo el doctor del hospital, que había tenido "mucha suerte".

    ¿Y de qué sirvió la denuncia? De nada. El agresor era menor de edad, de familia desestructurada, o sea, a resguardo de los perros que nos gobiernan.
    Que mi hijo hubiera estado a punto de perder un ojo no interesa a los perros, ellos protegen a las "pobrecitas víctimas de familias desestructuradas" y los chicos de familias honestas que se jodan.

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  4. Caso típico el que me cuenta, desgraciadamente.
    Pues así se comportaron las altas jerarquias clericales durante la guerra civil, exceptuando honrosas excepciones, hasta que vieron que la victoria estaba cantada para Franco y sacaron el palio para pasearle. Y la cárcel de Zamora se llenó de curas "rojos"

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