jueves, 5 de enero de 2012

Trabajadores de la fábrica de sueños.

Han muerto dos grandes maestros del cine. No eran famosos, al menos de cara al gran público, pero eran geniales en lo suyo.

Bob Anderson, maestro de armas, realizó las coreografías de esgrima de La Guerra de las Galaxias, El Señor de los anillos, La máscara del Zorro, Alatriste y un larguísimo etcétera. (En El Imperio contraataca lucho bajo la capa y el casco de Darth Vader en el famoso duelo con Luke)

Rogelio Hernández, maestro doblador, dobló a Marlon Brando en 19 películas, a Paul Newman en 27, a Michael Caine en... 41! Otros rostros que contaron con su voz fueron los de Dick Bogarde, Montgomery Clift, Antony Hopkins, Gene Kelly, Jean Paul Belmondo, Peter Sellers, Omar Shariff, Richard Harris, Cary grant, Jack Lemmon, Tony Curtis, Jack Nicholson... Una lista enorme a lo largo de... más de mil películas!

No se les recordará en los libros de cine ni les dedicarán grandes homenajes póstumos. Cuando muere una estrella rutilante del cinema corren ríos de tinta y sus imágenes se repiten durante varios días en las televisiones. Algunos fans lloran desconsolados y sus tumbas se llenan de flores. Cuando muere un maestro, un trabajador, un artesano silencioso, "simplemente" muere una parte importante del cine, un engranaje, una pieza imprescindible, alguien que ha contribuído a la grandeza del séptimo arte desde el humilde puesto de currante anónimo. Su trabajo ha sido más necesario que el de todas las estrellas, pero eso nunca se dirá.

6 comentarios:

  1. Ciertamente, es la fabrica de los sueños, y todo lo que hay detrás nunca se saben

    ResponderEliminar
  2. Sin ellos no habría pelicula y a veces su trabajo es una obra maestra pero se lleva el honor el actor famoso. Ellos se van sin que les reconozcan su trabajo queda en el recuerdo unos minutos de un día dedicados en las noticias y santas pascuas. Así semos.

    ResponderEliminar
  3. Los que hay detrás son los que lo hacen posible, Don Jesús. Entre los que hay delante de las cámaras hay mucho mamón y mucho seudoactor.
    Buen día!

    ResponderEliminar
  4. Hola, Doña Anita!...
    En el cine se parte de ideas, la principal idea es crear una buena historia, y la mayoría de las veces no se consiguen. Y después de la inspiración o la falsa inspiración está la artesanía. Estos dos protagonistas de mi post eran unos grandes artesanos.
    besos de cine!

    ResponderEliminar
  5. Los dobladores, esas personas anónimas que le ponen alma y voz a tantos personajes. Pues debió de ser uno de los grandes porque los actores doblados no eran poca cosa. A menudo, cuando veo películas antiguas me pregunto que cara tendría el que doblaba a Clarck Gable en lo que el viento se llevó, o quien doblaba a Liz Taylor en Gigante, o quien doblaba a Robert Taylor en Ivanhoe. Siempre me han encantado esos doblajes, esas voces, y ahora, cuando reponen una de esas joyas antiguas, me da mucha pena pensar que probablemente ya no se hallen entre nosotros. Tiene usted razón, amigo mío, sin ellos el cine no sería cine y no nos haría soñar. Mi más profundo respeto para esos trabajadores anónimos que me han hecho pasar tan buenos ratos durante toda mi vida

    ResponderEliminar
  6. Noble oficio aunque un tanto elitista. Es difícil abrirse paso como doblador.
    Lo importante es que no sólo doblan las voces extranjeras, sino que además mejoran determinados guiones sosos y a hacen más simpáticas muchas películas y series.

    ResponderEliminar