jueves, 26 de enero de 2012

Desde la oscuridad

Con los ojos vendados, ejecutivo

Le pusieron un trapo en los ojos para que no viese. Le hicieron trotar hasta cansarlo. Después le condujeron a un sitio en el que se oía música y un vocerío enorme. Algo chocó contra él brutalmente, derribándole y clavándole dos puñales afilados en las tripas. Aquella fuerza bestial se ensañó con su cuerpo durante largos minutos. Volvió a clavarle los puñales una y otra vez hasta sentir que su vida se iba apagando. Cesó el vocerío y reinaron las tinieblas.
No eran puñales, eran astas de toro. El era el caballo del picador y aquella era la época en la que los caballos morían en el ruedo y en la guerra.


Oyó el "pio-pio" de los pajaritos y se lanzó a cruzar la calle. El semáforo se había puesto en verde. El no conocía los colores por su condición de ciego. Jamás los conocería. Ese era su sino. De pronto un ciclomor pasó rozándole. El ruído bestial de la máquina y la sensación de que un cuerpo metálico pasaba a escasos centímetros de su cuerpo, le dejaron clavado en el sitio, estupefacto, sin capacidad para reaccionar. Oyó una voz detrás de él: "Casi le mata!"


Estaba muy aturdida. Sus días habían sido terroríficos desde que aquellos hombres la sacaron de su pueblo. Y ahora nadie la quería. Nadie pujaba por ella. Sus padres ya habían sido vendidos, los compró un agricultor para que trabajasen como bestias en sus campos. Pero ella era un trasto inútil. Sólo tenía doce años y era ciega. Quién iba a querer a una negra ciega?... Pero alguien la quiso. Pagó una miseria y se la llevó. Era un viejo gordo sudoroso de mirada porcina.


Le vendaron los ojos y le empujaron contra el muro. Pero desde su oscuridad podía verlos. Aquellos fusileros vestían camisas azules y tenían cara de crio. Algunos eran unos crios. Viejas alimañas les habían llenado el cerebro de fanatismo. Pasarían cuarenta años o más y ellos seguirían creyéndose - a pesar de haber matado a inocentes - con las manos limpias y el orgullo de salvadores de la patria.
La orden de disparar se mezcló en el aire con el último grito del ajusticiado.
"FUEGO!!..." " VIVA LA REPUBLICA!!..."

8 comentarios:

  1. Así es, en el país de los ciegos, el tuerto es la mula de carga.

    ResponderEliminar
  2. Amigo mío, hoy es un día triste. Lo cierto es que hay días en que los chistes y el humor negro ni siquiera es consuelo. No te imaginas la vergüenza y el coraje que me da vivir donde vivo y comprender que somos un país vergonzoso, un puto asco. Me da coraje entender que todo es una pantomima, que en realidad los mismos siguen manejando el cotarro y que la justicia ni existe ni se la espera. A veces tengo la sensación de que todo es inútil, de que solo unos cuantos alzamos la voz y la tenemos ya muy débil. No podemos con tanto hijo de puta. Es una lástima pero es la realidad. Besos

    ResponderEliminar
  3. Un refrán reformado con su chispilla de ingenio, señor director!
    Buen día y feliz fin de semana que está a punto de empezar!

    ResponderEliminar
  4. Bueno, tampoco es para que le de a usted el bajón, Doña Murron. Estas cosas han sucedido a lo largo de la Historia, los poderosos han hecho siempre de su capa un sayo, de lo contrario no serían tan poderosos, y los débiles y lameculos les ayudan a crecer y mantenerse en el poder. Consuélese usted pensando que en tiempos atrás era muchísimo peor. Estoy leyendo ahora "Te daré la Tierra", de Chufo Llorens, que se desarrolla en la Barcelona de 1.052 y años siguientes, y no vea usted como se las gastaba la Nobleza y el Alto Clero. En algo hemos mejorado. Si le sirve para su tranquilidad, el gran juicio del Caso Gurtel todavía no ha empezado, y no creo que en este se vayan de rositas, hay demasiadas pruebas en contra de ellos.
    Besos mañaneros!

    ResponderEliminar
  5. Amigo mío, pruebas había de sobra en ´ste y mira. Me temo que la justicia está podrida, como todo en este país de mierda. Buenos días, buen hombre¡¡

    ResponderEliminar
  6. Que tristeza me deja sin palabras.

    ResponderEliminar
  7. Es la vida real, Doña Anita. La puta vida que nos ha tocado vivir, en la que algunos salen peor parados.

    ResponderEliminar